Muchos años han pasado desde aquel 8 de marzo de 1908 y la historia nos remonta a días de muerte, de luchas, desigualdades y sacrificios pero a través de ellos se logró la conquista de Derechos.
Mucho se avanzó en la lucha contra la discriminación de la Mujer (CEDaW 1979, la Conferencia De Beijing 1995, entre otros) pero aun hoy es innegable que los estereotipo de género y las diferencias subsisten y hasta se naturaliza la asimetría .
Pese a ello, nuestra realidad hoy es crítica, pocas veces se ha visto un movimiento a nivel mundial que involucre a hombres, mujeres , niños y niñas que reclaman la erradicación de la violencia contra la mujer y las niñas y demandan un cambio y la adopción de medidas concretas. En este mundo globalizado ya no existen fronteras y el reclamo se ha unificado, el reclamo es protección a los derechos de las mujeres y de las niñas para que vivan con dignidad, libre de violencia y de discriminación.
El valor a alcanzar es la igualdad, y ello significa continuar con la lucha …. Si miramos nuestra diminuta realidad -Poder judicial, FAM, Tribunales Nacionales, regionales y/o internacionales- podemos verificar la escasa representatividad y participación de las mujeres en los puestos de liderazgo.
La meta exige cambios y reclama el compromiso de los gobiernos para erradicar la violencia en todos sus aspectos; que los representantes de los distintos sectores asuman las responsabilidad que derivan del cumplimiento de las exigencias derivadas de la igualdad real como valor autentico y endógeno.
Mientras que nosotras, las mujeres, debemos partir de la autocrítica, la curiosidad y el compromiso de acción para seguir generando movimientos transversales que nos permita hacernos visibles por un lado y seguir caminando con convicción hacia el compromiso de un mundo futuro basado en la igualdad.
COMISIÓN DIRECTIVA